Cuantos niños se caen y los ves intentando levantarse de nuevo, y lo hacen sin ayuda. Ellos caen, lloran y otra vez siguen intentándolo. Cuando van creciendo, comienzan a identificar el peligro, saben que caerse ahora puede ser mas peligroso, por eso se van haciendo mas cautelosos y si caen ya saben que se levantan pero seguramente la próxima vez tratarán de evitar la caída.
Cuando vamos creciendo, podemos medir mas los riesgos y dependiendo de cuan fuerte sea la caída podría darnos miedo intentar levantarnos porque no sabemos si podremos hacerlo.
Por que a un niño se le hace tan fácil levantarse?? Simplemente porque no tienen miedos, ellos no saben que el peligro existe, no miden riesgos, son mas atrevidos, son mas inocentes, sin embargo, a nosotros los adultos conociendo de todos esos riesgos nos da miedo a levantarnos.
Yo siempre he dicho, que no importa que caigas muchas veces, lo importantes es que en cada caída, aprendas a levantarte. Las caídas nos enseñan que estando abajo nos damos cuenta de todo lo que podemos aprender, también de lo que podemos enseñar, nos damos cuenta además que si no logramos evitar la caída, era porque necesitábamos estar caídos ya que así, cuando toque levantarnos lo podemos hacer con mas fuerza
Hay personas que están de pie y observan al que está caído, sin siquiera ofrecer una mano. Si al menos hiciéramos el intento de ayudar a levantar al caído, de seguro nos daríamos cuenta que al inclinarnos a ayudarlo estaríamos también a punto de caer. Nadie en la vida esta exento a caer. Caemos, porque sencillamente todo cuerpo cae.
No nos preocupemos tanto si nos vemos caídos, desesperados, angustiados, y aparentemente desamparados. Nada de eso va a ocurrir porque ahí esta Dios tendiendo una mano a todo aquel que pida ayuda. Podemos estar desvalidos pero si pides ayuda encontraras quien te ofrezca su mano para ayudarte, porque sencillamente, todos merecemos la oportunidad de volver a empezar.
Así que no temamos si un día estamos abajo, porque pronto estaremos arriba!!
martes, 28 de abril de 2009
jueves, 9 de abril de 2009
Cuando el rio suena piedras trae
Todos hemos escuchado este dicho popular : “Cuando el río suena, es porque piedras trae”; y cuando lo decimos es porque pronosticamos lo que se avecina.
Todos sabemos de las cosas que no nos convienen y que sabemos podemos evitar, y aun así dejamos ocurran. Existen muchas señales, muchos avisos, pero aun así nos seguimos haciendo “de la vista gorda" porque nos da miedo tal vez lo que podamos descubrir. Nos quejamos cuando las cosas ocurren para luego decir: "Yo lo sabia, pero no hice nada".
Todas las personas emiten señales con su comportamiento, con las palabras; el cuerpo emite señales, con los movimientos de las manos, de la cabeza, de los ojos; nos podemos dar cuenta enseguida de que algo ocurre, para bien o para mal. Y es que "cuando el río suena, piedras trae"; de que nos asombramos entonces? También podríamos decir “guerra avisada no malta soldado”
Ocurre con las enfermedades; cuando enfermamos, casi siempre antes hubo una pequeña molestia, sensación, dolor, tal vez imperceptible o probablemente sentimos, pero dejamos pasar, y cuando tu salud comienza a mermar es cuando dices, "es tiempo de hacer algo con mi salud”. Es probable que no tengas nada, pero y si no es así? te dices, "yo lo sabia, pero tenia miedo".
Tengamos presente que el problema no es que hayan señales indicando que algo ocurre, sino que dándonos cuenta de ello, hagamos algo a tiempo. No se puede postergar lo impostergable, cuando algo esta a punto de suceder, debemos necesariamente hacer algo al respecto. Esos pequeños avisos al final se convertirán en un gran mensaje para nosotros.
Debemos aprender a reconocer cuando tenemos que tomar decisiones importantes por bien o por mal, con las consecuencias que esto conlleva y aprender a asumirlas, no a evitarlas. Si algo tiene que ocurrir que ocurra, pero no esperemos a que el rio nos lleve a la corriente; con piedra y todo!!.
Todos sabemos de las cosas que no nos convienen y que sabemos podemos evitar, y aun así dejamos ocurran. Existen muchas señales, muchos avisos, pero aun así nos seguimos haciendo “de la vista gorda" porque nos da miedo tal vez lo que podamos descubrir. Nos quejamos cuando las cosas ocurren para luego decir: "Yo lo sabia, pero no hice nada".
Todas las personas emiten señales con su comportamiento, con las palabras; el cuerpo emite señales, con los movimientos de las manos, de la cabeza, de los ojos; nos podemos dar cuenta enseguida de que algo ocurre, para bien o para mal. Y es que "cuando el río suena, piedras trae"; de que nos asombramos entonces? También podríamos decir “guerra avisada no malta soldado”
Ocurre con las enfermedades; cuando enfermamos, casi siempre antes hubo una pequeña molestia, sensación, dolor, tal vez imperceptible o probablemente sentimos, pero dejamos pasar, y cuando tu salud comienza a mermar es cuando dices, "es tiempo de hacer algo con mi salud”. Es probable que no tengas nada, pero y si no es así? te dices, "yo lo sabia, pero tenia miedo".
Tengamos presente que el problema no es que hayan señales indicando que algo ocurre, sino que dándonos cuenta de ello, hagamos algo a tiempo. No se puede postergar lo impostergable, cuando algo esta a punto de suceder, debemos necesariamente hacer algo al respecto. Esos pequeños avisos al final se convertirán en un gran mensaje para nosotros.
Debemos aprender a reconocer cuando tenemos que tomar decisiones importantes por bien o por mal, con las consecuencias que esto conlleva y aprender a asumirlas, no a evitarlas. Si algo tiene que ocurrir que ocurra, pero no esperemos a que el rio nos lleve a la corriente; con piedra y todo!!.
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