A mi me encanta sentirme atendida y servida. A quien no??? A todos nos gusta que nos atiendan, que nos den respuestas cuando preguntamos, que nos orienten cuando pedimos orientación.
Cuando usamos la palabra SERVIR!! en el buen sentido de la palabra es poder ofrecer un servicio para satisfacer la necesidad de un cliente o usuario en cuanto a algún producto o servicio que le interese.
Quiero a través de esta anécdota expresarles lo que para mi representa tener cultura de servicio, si lo comparto es porque se que algunos habrá vivenciado situaciones parecidas a estas.
Días pasados fui a un banco y pregunto al ejecutivo de atención al cliente sobre un servicio, y me responde :”No tengo información” y acto seguido se voltea y sigue su trabajo. Ante esa actitud no me queda mas que preguntar: “Disculpe, donde es Atención al Cliente”, respondió “Es acá”: Le pregunté “Y quien me puede dar información? , me respondió: “Mi compañero que no ha llegado”.
Me quede en el aire….. sin embargo me senté a esperar… NO AL AMIGO, sino a pensar en las palabras adecuadas para poder hacer un reclamo ante tanta displicencia.
Como CLIENTE considere necesario expresarle mi insatisfacción y me acerque y senté frente a EL: “Buenos días: Una pregunta, cuando un cliente tiene una queja sobre un servicio prestado por el banco a quien se dirige? El responde: “A Atención al Cliente”, bueno..”Entonces puedo quejarme con usted??” le pregunte… El me responde: “Si, claro”. Le dije… “Bueno..Tengo una QUEJA de usted!”, “Yo soy cliente de esta y como cliente cuando tengo una duda sobre algo y pregunto a Atención al Cliente es porque espero como respuesta algo que aclare la duda que tengo y me gustaría sentirme atendida. Yo se que tal vez usted no maneje la información sobre lo que pregunte, pero tal vez habría sido mejor escuchar, por ejemplo: “Buenos días Señora, lamentablemente no manejo la información. Mi compañero que si la maneja no viene temprano, así que si gusta tomar asiento y esperarlo con mucho gusto” ….. y me sonreí con el para suavizar el reclamo y el apenado me dijo: Que tenia razón y que lo disculpara. Simplemente. Acepte sus disculpas, sin embargo, fue mi primera impresión y con esa impresión me quede.
Con esa simple respuesta tal vez no me iría con la información pero me iría con la sensación de haberme sentido atendida al menos en el trato. Tal vez en otro momento me habría dirigido al gerente de la agencia y quejarme del servicio, sin embargo, preferí yo misma hacerle ver a esta persona que el tiene una función como prestador de servicio.
Quiero destacar con esta anécdota, lo importante que es que todas las personas tengamos cultura de servicio y que la mejor manera de prestar un servicio es instruyendo a cada uno de los miembros de nuestro hogar a que lo sean entre ellos mismos. Si somos capaces de servir en nuestra propia casa seremos capaces de servir al prójimo y ayudar con un poco de nosotros a ser mejor ciudadano y servir mejor al país.
lunes, 26 de abril de 2010
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